He preparado una intervención para la Asamblea General
Extraordinaria que celebra FEDECA el jueves 19 de julio, a las 18:00 en el Ateneo de
Madrid. No sé si me atreveré a leerla. Por si acaso, aquí la dejo, no se vaya a
echar a perder.
(Actualizado el 19 de julio, incluyendo algunos cambios y algunas sugerencias de compañeros, justo en el momento de imprimirlo para llevarlo al Ateneo).
(Actualizado el 19 de julio, incluyendo algunos cambios y algunas sugerencias de compañeros, justo en el momento de imprimirlo para llevarlo al Ateneo).
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Buenas tardes.
Mi nombre es Manuel de Lucas. Presto mis
servicios en la Subdirección General de Explotación y Gestión de Red de la
Dirección General de Carreteras del Ministerio de Fomento, y pertenezco a la
Asociación del Cuerpo de ICCP del Estado desde que aprobé la oposición en la
Oferta de Empleo Público del año 2006.
Agradezco a FEDECA la dureza que está
imprimiendo a sus últimos comunicados. Desde mi punto de vista, es un paso en
la dirección correcta. Aunque considero que hemos llegado a un punto de no
retorno en el que hemos de luchar no
sólo en los despachos, sino también en
la calle. Por ello, agradezco a muchos de los compañeros de los Cuerpos
Superiores la solidaridad y el apoyo a las convocatorias de movilización social
que se vienen produciendo desde el jueves pasado, y que hoy ofrecen una
importante cita a las 20:30 en la plaza de Neptuno.
Comparto con todos los presentes la indignación por el maltrato a que somos
sometidos desde hace mucho tiempo los trabajadores públicos de este país.
Percibo de manera muy clara el descrédito
hacia nuestra profesión que el establishment político y económico está
trasladando a la opinión pública. Creo que esta estrategia es el resultado de
un plan muy pensado: debilitar a la administración pública cada vez más, para paulatinamente
exterminarla y privatizar el país. La Administración es la última frontera que tienen que vencer para mover los hilos. Y
los que estamos aquí sabemos muy bien que, cuando el Gobierno proporciona a la
Administración unos objetivos claros, y le dota de los recursos adecuados, la Administración es mucho más eficiente y
eficaz que la empresa privada. Otra cosa es que existen intereses muy
poderosos que actúan en contra de la Administración.
No quiero extenderme en este análisis, porque
creo que lo compartimos muchos de los presentes, y otros compañeros ya han
hablado de este hecho tan claro. Si me he atrevido a dirigirme a este auditorio
es para aportar algo de lo que creía que no se iba a hablar aquí hoy. Espero que se entienda en mis palabras todo
el respeto y el cariño que le tengo a mi profesión y a mis compañeros.
Se trata de hacer un poco de autocrítica en
torno a tres ideas. Las tres las veo relacionadas con algo de lo que nos
sentimos bastante orgullosos en este colectivo, puesto que siempre lo mencionamos:
el concepto de “Mérito y capacidad”.
Y creo que no son ideas sobre las que tengamos que reflexionar únicamente como grupo,
sino también a título individual.
En primer lugar, me refiero a la relación
entre el “Mérito y Capacidad” y el nombramiento
de puestos directivos. El manifiesto que discutimos aquí hoy incide en este
tema al considerarnos “servidores
públicos independientes, no servidores políticos”, y al exigir “una gestión profesional y no política de la
función pública”. No obstante, muchos de nosotros estamos hartos de ver
cómo se producen nombramientos “a dedo”, por amiguismos o por afinidad política
entre los cargos directivos (de nivel de subdirector incluido para arriba,
sobre todo de asesores), y de ver del mismo modo que nadie hace nada que
consiga evitarlo. Es difícil creer en una carrera profesional basada en el
“Mérito y Capacidad” cuando nuestra progresión se ve frustrada por la promoción
de advenedizos y la colocación indiscriminada de cesados de puestos de libre
designación, en los niveles más altos funcionariales.
- Como
organización, espero que estéis de acuerdo conmigo en solicitar a nuestra federación
de asociaciones una mayor vigilancia de los cargos nombrados. No me
refiero solamente a que ciertos cargos se tengan que cubrir con miembros
de un cuerpo concreto por competencia profesional. Sino, lo que creo más
importante, que el perfil elegido tenga experiencia contrastada en el
campo que va a tener que dirigir. También es fundamental la forma del
nombramiento: FEDECA tiene que
perseguir y denunciar el abuso de la libre designación, que propicia
que las decisiones ejecutivas no sean pensadas por los funcionarios
directivos, sino impuestas por la camarilla política de turno.
- Como
individuos, estamos acostumbrados a haber trabajado mucho para conseguir
nuestros éxitos profesionales. Por este motivo, muchas veces nos vemos
capacitados para hacernos con “cualquier
puesto que nos ofrezcan”. Y por eso, muchas veces hemos visto cómo
ciertos cargos son ocupados por compañeros que, pese a ser excelentes
profesionales y trabajadores, carecen del conocimiento necesario para
dirigir con garantías el departamento encomendado. Yo sí creo que “los buenos aprenden rápido”. Pero estoy
convencido de que el momento de aprender no es cuando eres nombrado
subdirector.
La segunda idea tiene que ver con los hábitos de los funcionarios. El
“Mérito y Capacidad” no deben agotarse al acabar la oposición, sino que han de
acompañarnos a lo largo de nuestra vida profesional. Una de las maneras que
tiene el establishment de desacreditarnos ante la opinión pública es poner de
manifiesto lo que nos gusta el “escaqueo”
(voy a resumir los malos hábitos de algunos empleados públicos en la palabra “escaqueo”, y espero que todos entendamos
más o menos a qué me refiero). Si somos sinceros, tendremos que reconocer que
este escaqueo existe en la Administración. En
un porcentaje muy pequeño probablemente, pero a la vista de todos está que
suficiente para que esa forma de descrédito tenga bastantes seguidores.
- Como
organización, creo que la solución pasa porque FEDECA exija de manera muy
notoria la necesidad de más
Inspecciones de Trabajo en el seno de la Administración. No es justo
que finalmente todos paguemos por unos pocos irresponsables. Yo no
entiendo esa mal llamada solidaridad con elementos fraudulentos, que finalmente
avoca a un desapego de la ciudadanía respecto de los trabajadores
públicos.
- Como
individuos (y sobre todo como individuos responsables de equipos de
personas por nuestra condición de Cuerpos Superiores), creo firmemente en
la necesidad de afrontar los problemas concretos de personal de los que
seamos responsables. En el Curso Selectivo de mi oposición me explicaron
que no es verdad la leyenda urbana de que a un funcionario no se le puede
echar. Me explicaron la existencia de los expedientes. Y me contaron casos
en los que a personas fraudulentas se les había apartado de la función
pública… Pero la realidad es que, desde que aprobé, allá por 2006, nunca
he visto un expediente de esos, aunque sí he visto algunas personas que
sin duda lo merecerían. Dentro de
la gestión profesional de la función pública que exigimos debería
tener cabida un adecuado control de
los recursos humanos en este sentido, para que no terminemos pagando justos
por pecadores.
Por último os hablaré brevemente de cómo para
mí “Mérito y Capacidad” no pueden
separarse de “Solidaridad”. Desde el 15 de mayo del año pasado he aprendido
mucho sobre cómo las personas unidas pueden conseguir grandes cosas. Y cuando no
las consiguen, siempre les queda el consuelo y la satisfacción de haber trabajado unidas. El sábado
sufrió recortes toda la ciudadanía,
no sólo nosotros los trabajadores públicos. Esa misma ciudadanía lleva -llevamos- sufriendo ataques contra el
Estado de Bienestar mucho tiempo ya, desde que empezó la crisis allá por 2008.
Sin ir más lejos, el 29 de marzo se convocó una Huelga General en protesta de
una Reforma Laboral eminentemente injusta y dañina para los trabajadores.
Muchas veces no somos conscientes de las
injusticias hasta que las sufrimos en carnes propias. Niemoller lo enunció
magistralmente en un poema, en el que el protagonista no protestaba cuando los
nazis venían consecutivamente a por comunistas, socialdemócratas, sindicalistas
y judíos… Cuando los nazis fueron a por él, no había nadie más que pudiera
protestar.
La buena noticia es que las personas estamos despertando, y que cuando despertamos ante la
injusticia y usamos la inteligencia colectiva, olvidamos las diferencias con
las que hemos sido artificialmente etiquetados y nos vamos solidarizando con los demás. Por eso, aunque
probablemente estemos viviendo una de las crisis más graves de la Historia de
la Humanidad (y, en mi opinión, la más trascendente), muchos abrigamos la
esperanza de que las buenas personas unidas
podamos terminar con la cleptocracia que nos domina.
Como dijo Albert Einstein:
“Sin
crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía.
Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno,
porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y
callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez
con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.
No quiero extenderme más, porque seguramente
muchos compañeros quieran hablar, y espero que nos de tiempo a llegar a la
manifestación de Neptuno a las 20:30. Os animo a todos a seguir luchando. Ánimo en nuestra lucha.
Muchas gracias.
Muy bueno, enhorabuena. No dudes en leerlo
ResponderEliminarPara mí es perfecto. Léelo y no te cortes. Creo que en estos momentos se está jugando algo más que una paga extraordinaria o algún que otro recorte. Se está poniendo en entredicho este modelo de Estado y los servidores públicos somos elemento clave de transformación, pues esta pseduo-democracia ya no nos vale.
ResponderEliminarSuerte!!!
ResponderEliminarGracias por tus palabras, tus ideas y por expresarlas. Necesitamos mas gente con ilusión y con sueños.
ResponderEliminarUn saludo,
Andrés Pastor
Gracias, Andrés.
EliminarOtro saludo para ti, y ánimo.
Enhorabuena Manuel, te agradezco este discurso coherente en defensa de la funcion publica, de funcionarios que podriamos estar en la privada pero que estamos aqui porque creemos en la administracion, y no como los politicos que la unica palabra que tienen hacia el funcionario es la de VAGO!!!
ResponderEliminarAnimo a ti , a FEDECA y atodos los funcionarios en especial los de grupo A que creemos que con nuestra colaboracion se puede salvar la administracion es decir España.
La Administración se puede salvar con la colaboración de TODOS LOS EMPLEADOS PÚBLICOS, cada uno tiene su labor y es tan importante, que unos no podrían avanzar sin los otros, no lo olvidemos. Sobran contratas, sobran cargos de confianza a dedo, sobran libres designaciones a dedo, sobran productividades astronómicas y masivas para unos cuantos y nulas para otros y FALTAN MUCHOS MANU DE LUCAS.
EliminarGracias, has puesto en palabras lo que pensamos muchos. Que no nos paremos aquí.
ResponderEliminarGracias a ti, Rubén. Por supuesto que no paramos.
EliminarUn abrazo.
Hola, soy Marisol. Funcionaria hace mas de veinte años y sigo soñando con la administración que describe el autor del blog. Magnífico por cierto, qué ganas de ver escrito algo tan rotundo y tan real. Gracias Manu de Lucas. Siempre tengo varios jefes pie encima de mi puesto, pero ninguno debe leer estas cosas. Cada vez que me escandalizo por algunas cosas, suelen decir eso de que "siempre se ha hecho así" y se quedan indiferentes. Si les hablo de estos blogs, apenas los conocen ni se molestan en saber mas. Lo mas triste es que dos años después de escribir estas inquietudes, nada ha cambiado. He visto el artículo a través del blog "trabajando mas por un poco menos". Gracias a los que os movéis por mejorar.
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