No
es nuevo en este blog el debate sobre la contratación en las administraciones
públicas. En enero, Teófilo Serrano hizo su breve
reflexión sobre concursos y subastas. A la que yo contesté citando a
Cervantes: “Las
armas requieren espíritu, como las letras”.
En
aquella contestación, aproveché para contar una película que terminaba así:
“El funcionario se
sienta delante de su ordenador. Antes de abrir el excel, el peón mira alrededor
y ve al rey corrupto, a la reina hecha una zorra, al caballo de cartón y a la
torre inmóvil, haciendo dinero. Silencioso, pensativo, decide no abrir el
excel, sino el word, y comienza a redactar un informe contradictorio”.
Hoy
comparto el informe profesional de un funcionario, compañero de promoción. Se
trata de Alfonso Rueda Sánchez, técnico superior de la Subdirección General de
Planificación y Proyectos de la Dirección General de Ferrocarriles, que explica
con números y ejemplos sorprendentes
cómo los pliegos tipo actuales de los contratos de servicios del Ministerio de
Fomento, pese a licitarse con apariencia de concurso, son en realidad una
subasta encubierta.
(Ya
sabemos que la actual legislación de contratos no emplea los términos
“concurso” y “subasta”, pero aquí todos nos entendemos).
Estos
pliegos, prácticamente iguales en las Direcciones Generales de Carreteras y
Ferrocarriles, han sido impuestos a las subdirecciones desde esferas políticas
a la llegada del nuevo gobierno del Partido Popular. Las fórmulas, como se explica más adelante, se han modificado respecto de los pliegos tipo
anteriormente vigentes, de manera que en la práctica la valoración técnica
carece de importancia.
Alfonso, grande, ha elaborado un informe sobre estos criterios de evaluación, y está intentando que se difunda entre los técnicos del Ministerio de Fomento. Para aumentar en lo posible la difusión, me ha pedido que lo suba al blog. Para mí es un honor compartir en este espacio un trabajo tan bueno.
Muchos
técnicos creemos que los contratos de servicios del Ministerio de Fomento
implican una componente intelectual tan importante, y su objetivo conlleva una
responsabilidad tan grande, que no se puede dejar simplemente la decisión al
mejor postor. No obstante, si los decisores políticos consideran adecuado
eliminar la parte técnica de la valoración de las ofertas (donde hay patrón no
manda marinero), mejor harían diciéndolo de manera transparente, y no
fabricando subterfugios que ofenden a la inteligencia de las personas de bien.
Os
dejo con el informe. Disfrutadlo, y por favor, difundidlo. A ver si entre todos
somos capaces de arreglar un poquito las cosas, que falta hace.
INFORME SOBRE LA PROBLEMÁTICA DE LOS
CRITERIOS DE VALORACIÓN DE OFERTAS EN LICITACIONES DE CONTRATOS DE SERVICIOS
PARA LA REDACCIÓN DE ESTUDIOS Y PROYECTOS EN LA DIRECCIÓN GENERAL DE
FERROCARRILES.