sábado, 16 de febrero de 2013

Narrativa


Hace unas semanas, un compañero de profesión contactó conmigo para ver si podía echarle un vistazo y contarle mi opinión sobre un artículo que estaba preparando.

El compañero es Esteban García Rubio (a.k.a. @_grasas_ en twitter). Y el artículo, publicado en el número de enero de 2013 de la Voz del Colegiado (que desde ahora se integra como suplemento en la Revista de Obras Públicas), puedes descargarlo aquí.

… Pero a mí me hacía ilusión dejarlo aquí colgado. Seguramente tras leerlo comprendáis por qué.

En cuanto al artículo… Claro que no todos somos igual de responsables. Pero antes de que empecemos a achicar agua del bote de nuestra conciencia por esa vía, permitidme que os recuerde uno de mis pasajes favoritos de “La Rebelión de las masas”, de Ortega y Gasset:

“Fuera interesante y hasta útil someter a este examen el carácter individual del español medio. La operación sería, no obstante, enojosa y, aunque útil, deprimente; por eso la elude. Pero haría ver la enorme dosis de desmoralización íntima, de encanallamiento que en el hombre medio de nuestro país produce el hecho de ser España una nación que vive desde hace siglos con una conciencia sucia en la cuestión de mando y obediencia. El encanallamiento no es otra cosa que la aceptación como estado habitual y constituido de una irregularidad, de algo que mientras se acepta sigue pareciendo indebido. Como no es posible convertir en sana normalidad lo que en su esencia es criminoso y anormal, el individuo opta por adaptarse él a lo indebido, haciéndose por completo homogéneo al crimen o irregularidad que arrastra. Es un mecanismo parecido al que el adagio popular enuncia cuando dice: “Una mentira hace ciento”, Todas las naciones han atravesado jornadas en que aspiró a mandar sobre ellas quien no debía mandar; pero un fuerte instinto les hizo concentrar al punto sus energías y expeler aquella irregular pretensión de mando. Rechazaron la irregularidad transitoria y reconstituyeron así su moral pública. Pero el español ha hecho lo contrario: en vez de oponerse a ser imperado por quien su íntima conciencia rechazaba, ha preferido falsificar todo el resto de su ser para acomodarlo a aquel fraude inicial. Mientras esto persista en nuestro país, es vano esperar nada de los hombres de nuestra raza. No puede tener vigor elástico para la difícil faena de sostenerse con decoro en la historia una sociedad cuyo Estado, cuyo imperio o mando es constitutivamente fraudulento”:

Yo estoy contigo, Esteban. El primer paso es reconocerlo. Muchas gracias.

Narrativa

domingo, 3 de febrero de 2013

Sobre rentabilidad en carreteras


Como ya comenté en “Una opinión sobre el PITVI y los PGE2013 en carreteras”, el nuevo Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda del Ministerio de Fomento dice que defiende la priorización de actuaciones, mediante la utilización de metodologías de ACB (Análisis coste-beneficio). En el PITVI se puede leer:

“Los análisis coste-beneficio serán obligatorios para la selección y priorización de todo tipo de inversiones en carreteras”.

Al respecto, hoy os presento el análisis de otro buen compañero, Joaquín Moraleda Palmero, que ha estudiado, en función de las herramientas actualmente existentes en la Dirección General de Carreteras, la rentabilidad de algunas inversiones en carreteras.

Joaquín es Consejero Técnico en el Gabinete Técnico de la Dirección General de Carreteras. Además, es Doctor Ingeniero de Caminos, número uno de su promoción en la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid, y también número uno en la promoción de Ingenieros de Caminos del Estado del año en que yo aprobé la oposición. Desde entonces nos une una buena amistad.

Ojalá que sus consejos de Consejero sean tenidos en cuenta por nuestros decisores políticos. Seguramente, otro gallo cantaría. Aunque ya sabemos cuáles son los ingenieros de la ministra

AGUANTAR MATA

Hagamos un pequeño ejercicio de rentabilidad económica aplicada a las carreteras: