¿Y por qué?


Siempre me ha gustado escribir, pero a ratos. Nunca he sido constante en ello.

Uno de mis primeros recuerdos literarios es el consejo que alguien daba al protagonista de algún cuento: “Un hombre en la vida tiene que tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro”. Mi libro será una suma de pequeños trocitos de papel manchados. Cuando tenga suficientes trocitos, los encuadernaré. Después, ya sólo me quedará plantar el árbol.

Mientras tanto, y como estamos en una época que me recuerda a otro de aquellos libros que leí de niño, habrá que usar las pantallas que nos rodean por doquier para ir guardando esos trocitos. Por eso surge “Sigo teniendo sueño(s)”.

Porque quiero compartir contigo lo que pasa por mi cabeza. Porque de un tiempo a esta parte (desde el 15 de mayo de 2011) tú me has hecho comprender que nuestras botellas verdes con mensajes dentro que navegan en el océano de la vida no son únicas, sino que son millones. Son tantas que tintinean al encontrarse y acariciarse, y componen música.

Ya quedan atrás esos versos que me encontré en la mesa de exámenes de mi escuela de caminos, y que memoricé porque así se sentía a menudo mi alma ciudadana:


Quedan atrás porque ya no estamos tristes ni solos, sino todo lo contrario. Somos muchas individualidades, muchas inteligencias que funcionan más o menos colectivamente. Somos los buenos. Nos gusta sonreír. Nos gusta darnos a los demás. Nos gusta la vida, la gente, la Tierra. Queremos un mundo mejor.

El nombre del blog lo he elegido como continuación de un capricho de amigos. Pero no sólo. También porque refleja mi vida. Soy un hombre con suerte. Mis sueños se van cumpliendo. Mas ya se sabe que no hay peor maldición que se cumplan todos tus sueños. Por eso vamos a seguir soñando.

Éste será mi rincón. Aquí te espero. Y, siempre que muestres respeto, serás bienvenida.

Espero que en estas páginas encuentres honradez, honestidad y nobleza. Es lo que siempre intentaré ofrecerte. A ti, y sobre todo, a mí.