domingo, 11 de diciembre de 2011

¿Cómo vivo el 15M? Pinturas de guerra

"El 15M está en mi interior"... Esa frase se ha convertido en los últimos meses en un mantra lleno de significado que me ha permitido evolucionar, creo que a mejor, hacia donde estoy ahora.

Han pasado meses: muchas asambleas, varias manifestaciones, nuevos amigos, miles de tuits, tantas ideas, actividades sin pausa... Todo ello ha ido modelando mi percepción del "problema" y mi diagnóstico de "la solución".

El problema lo tenemos claro cada vez más personas: hay una clase dirigente (llamémosle el 1%) que se las ha apañado durante miles de años para someter al resto de la humanidad (pongamos el 99%).

La solución nos la han dado ellos sin querer. En este momento de la historia el 1% se las ha ingeniado tan mal que, abusando de su avaricia e intentando exprimir las entrañas de la naranja de la globalización, está muriendo de éxito. En vez de conseguir un mercado global en el que medrar, ha causado que el 99% empecemos a estar interconectados. Hemos descubierto que no estamos solos, y lo mejor es que nos gusta.

Por eso llevamos en España desde el 15 de mayo viviendo un sueño. Mejor dicho, despertando de una pesadilla. Pero somos muchos los que tenemos que despertar (ya dije, hasta el 99% de nosotros), y hay que respetar los tiempos. No pasa nada. Recurriremos al lema. Vamos lento porque vamos lejos.

Estos meses hemos experimentado las posibles formas de actuar, y poco a poco vamos eligiendo cada uno nuestra senda. Pero todos los caminos parten del mismo punto y tienen el mismo destino. "El 15M está en mi interior". Ése es el nexo.

Porque todos, desde nuestras diferencias, nuestras potencialidades, nuestros puntos de vista, nuestras ideologías, todos somos 15M, y lo vamos a seguir siendo. Y eso ellos (el 1%) no lo van a poder cambiar. Porque nunca se han visto en otra igual. Tarde o temprano perderán.

Recupero el diagnóstico de la solución: como decía el Aùryn de aquella Emperatriz Infantil de la que tantos estuvimos enamorados, "Haz lo que quieras". Eso es lo que vamos a hacer. Lo que queremos. La pastilla roja que nos hemos tomado nos hace ver las cosas claras. Ahora no sólo sabemos lo que no queremos, sino también lo que queremos. Y como somos muy diferentes, cada uno queremos cosas diferentes. Pero las queremos de verdad. Hacemos las cosas porque estamos convencidos de que son lo mejor que podemos hacer en cada momento. Y somos tantos, con tan buenas intenciones, y seremos tantos y tantos, que los del 1% no sabrán POR DÓNDE LES LLUEVEN LAS HOSTIAS.

Así que amigos, seguimos con el plan, seguimos despertando. Cada uno desde su escaque, que será su trinchera. Tenemos todo por ganar.

La trinchera que he elegido es la siguiente.

Soy ingeniero de caminos, estoy casado y soy padre de dos niños (por ahora). Mi objetivo será doble:

El primero, el fundamental, al que no renunciaré, el que defenderé con mi vida: ese objetivo es vivir a mi manera. Poniendo por encima de todo a mi familia y a mis amigos. Y no preocupándome tanto por el mundo que dejo a mis hijos como por los hijos que dejo a mi mundo. Con ello conseguiré educarles (a ellos que son mi patrimonio, con ella que es mi bandera) como queramos. No como nos diga nadie. Con lo cual ya habré ganado. Yo quedaré.

El segundo, el profesional: mi aportación a la lucha pacífica que nos liberará será defender el interés general con mi condición de funcionario. Y para ello denunciar todos los fraudes al interés general que intente colarnos el 1% de los que tenga conocimiento desde mi puesto de trabajo en la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Fomento. Eso, y seguir trabajando ilusionado en mi Área, con la tranquilidad de saber que si sigo contento y siguen contentos conmigo, me pasaré muchos años en el lugar donde he encontrado la estabilidad laboral que tanto me costó conseguir.

Ya termino. Ahí están mis cartas, ésas son mis credenciales. Chavalillos del 1%, no digáis que no estáis avisados.



2 comentarios:

  1. ¿Cómo vivo el 15M?

    En soledad. Cada vez más, no sé donde terminará esto, pero no le veo un futuro muy alentador. La gente al final no se mueve por lo que realmente importa, se acomoda, espera que las cosas se las den hechas, y de tanto sentarnos a esperar igual un día no es necesario que volvamos a levantarnos. Quedaos ahí sentados, igual lo que pasa no os gusta, pero luego no protestéis, por que avisados estábais.

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  2. El 15 M debería de juntarse con las mareas ciudadanas, con IU e incluso con los sindicatos. Más representación, si las protestas se atomizan, no sólo no conseguiremos nada, sino que vendrán las radicalizaciones y el movimiento dejará de ser lo que era.

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