miércoles, 3 de octubre de 2012

El abandono de los firmes de la Red de Carreteras del Estado


La Red de Carreteras del Estado está formada por 25.375 km de carreteras, donde se incluyen 2.493 km de autopistas de peaje y 983 km gestionados mediante contratos de concesión en las denominadas autovías de primera generación. Vemos por tanto que la red no concesionada está compuesta por 21.899 km de carreteras que teniendo en cuenta los kilómetros de autovía totalizan 29.178 km de calzada. Estos datos corresponden al Inventario de la Red de Carreteras del Estado, a 31 de diciembre de 2008 (fecha de la última actualización)[1].

La rehabilitación estructural de los firmes de dichas carreteras debe aplicar la Norma   6.3-IC “Rehabilitación de firmes” aprobada por Orden FOM/3459/2003, y así ha venido realizándose hasta mediados del años 2009. El procedimiento allí regulado requiere planificar la rehabilitación, y decidir cuáles deben ser las actuaciones prioritarias para las que se debe redactar y aprobar el correspondiente proyecto que finalmente se adjudica.

Ése ha sido el sistema empleado hasta mediados del año 2009, en el que se ha abandonado la rehabilitación de los firmes de la Red de Carreteras del Estado. Hasta ese año se venían invirtiendo aproximadamente 300 millones de euros anuales, cantidad que sin ser la óptima ha permitido que el estado de los firmes fuera correcto.

Asignando una vida útil media de quince años a las rehabilitaciones estructurales de firmes, se requeriría rehabilitar (dada la longitud de calzadas de la Red de Carreteras del Estado) aproximadamente 2.000 km de calzada anualmente. A un coste medio de 150.000 €/km se justifica la cifra de 300 millones de euros anteriormente señalada.

En la siguiente tabla se muestra el número de actuaciones de rehabilitación de firmes en los distintos años (los datos están obtenidos del Boletín Oficial del Estado).


Año
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
Nº obras
74
63
47
34
0
2
0
Presupuesto de adjudicación
(millones de €)
307
349
330
253
0
29
0

Desde mediados del año 2009 las únicas actuaciones (no contratadas con anterioridad) llevadas a cabo sobre los firmes de las carreteras del Estado han sido parcheos localizados en aquellas zonas en las que el nivel de deterioro existente ha originado importantes afecciones a la circulación. Esas actuaciones son realizadas mediante los denominados contratos de conservación integral o mediante contratos adjudicados por procedimiento negociado sin publicidad, dada la urgencia en realizar dichas actuaciones (el importe de estos últimos contratos se limita en el Texto Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público a los 200.000 €).

Esos parcheos no rehabilitan el firme, y se limitan a un mero lavado de cara de cortos efectos paliativos sobre una carretera que en poco tiempo volverá al estado previo a dichas actuaciones. Para que se entienda mejor, es como si pintáramos las humedades de una vivienda en lugar de eliminar las causas que las provocan.

El abandono de la inversión en la rehabilitación estructural de los firmes de las carreteras de la Red de Carreteras del Estado no concesionada está llevando a que muchos de éstos se deterioren hasta un punto en el que la única solución posible es la reconstrucción de los mismos. Ello conlleva una importante pérdida de nuestro patrimonio viario que, si es insostenible para cualquier país, lo es mucho más para el nuestro dada la crítica situación económica en la que nos encontramos.

Cualquier gobernante responsable, al igual que haríamos cualquiera con nuestro dinero, no gastaría un euro en ampliar su patrimonio mientras no tuviera garantizada la adecuada conservación del existente (alguno podría pensar que eso sería construir por encima de sus posibilidades). Recordemos que la Ministra Ana Pastor, en su intervención de febrero de 2012, nos recordaba aquello de que “un euro que no se invierte en mantenimiento hoy, supone 5 euros en cinco años en reparaciones, y 25 euros en 10 años en reconstrucciones”.

Sin embargo tanto el anterior Gobierno como el actual perseveran en la construcción de nuevas carreteras que difícilmente se justifican mientras siguen disminuyendo año tras año el presupuesto dedicado a la conservación de nuestras carreteras. Mucho nos tememos que esta manera de actuar desemboque, en un espacio temporal cada vez menor, en la incapacidad de las arcas del Estado para financiar dicha conservación. Y que en ese momento se produzca la entrada en escena de las grandes empresas constructoras, abogando por un esquema de participación público privada (que, desde el punto de vista de estas empresas, sería a todas luces más eficiente que la gestión por parte de la Administración). De producirse este escenario, no lo consideraríamos nada casual, sino responsabilidad de los políticos que no han querido hacer caso a los técnicos funcionarios encargados de la gestión de la Red de Carreteras del Estado.


Por todo lo anterior, cabe proponer que el Ministerio de Fomento reanude la rehabilitación estructural de sus firmes abandonada hace tres años y que está llevando a nuestras carreteras a una situación insostenible, de la que únicamente se podrá salir invirtiendo unas cantidades muy superiores a las que hoy se requerirían.



[1] Los datos más actuales se pueden consultar en:
http://www.fomento.gob.es/MFOM/LANG_CASTELLANO/DIRECCIONES_GENERALES/CARRETERAS/CATYEVO_RED_CARRETERAS/. Es ésta una ocasión apropiada para recordar que la actualización del inventario de la Red de Carreteras del Estado, estancado en 2008, es un imperativo legal, además de una necesidad irrenunciable en cualquier sistema de gestión de redes de carreteras.

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