domingo, 10 de abril de 2016

#XIVCórdoba

Durante los días 5, 6 y 7 de abril he tenido la suerte de participar en las XIV Jornadas de Conservación de Carreteras celebradas en la incomparable ciudad de Córdoba, que esta semana además desprendía un delicioso olor a flor de azahar.

Me llevo en la mochila unos días de agradable convivencia, el reencuentro con compañeros y amigos y, en lo profesional, la experiencia de haber presentado por primera vez una ponencia en un congreso.


En estos enlaces os podéis descargar la ponencia, que tiene por título "Aforos de tráfico y otros datos básicos para la gestión de la Red de Carreteras del Estado", así como la presentación que la acompaña.
Como buena noticia de las Jornadas, el haber comprobado en las presentaciones de muchos compañeros que el sector de las carreteras ha asumido por fin como error propio la falta de transparencia pasada, la deficiente comunicación de nuestro trabajo y la prevalencia de las decisiones políticas sobre las técnicas… El primer paso es reconocer los errores, pero el segundo ponerles solución, así que ¡ánimo!

Las jornadas fueron clausuradas por el Director General de Carreteras. A su término, recogí en varios tuits con el hashtag de las jornadas (#XIVCórdoba, improvisado el primer día) el resumen de su intervención:


  1. Tenemos una red madura, luego es necesario que el presupuesto de conservación sea cada vez mayor al de construcción.
  2. Una autovía sin coches es una oportunidad perdida.
  3. Pido a las empresas que por favor sean responsables y no asuman en sus ofertas riesgos que no pueden defender.
  4. El mayor valor de la Dirección General de #carreteras es su excelente personal.
Es un hecho trascendente que un Director General de Carreteras transmita este necesario mensaje… más vale tarde que nunca. Y, de nuevo, también lo es que los hechos se adecúen al mensaje, porque de lo contrario el que recibe el mensaje puede sentirse engañado. Ojalá en el futuro la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Fomento seamos capaces de refrendar con acciones nuestras buenas intenciones.