viernes, 19 de diciembre de 2014

Feliz Navidad

Da gusto ver a tu hijo saltar las olas por primera vez: antes de atreverse, se asoma al mar con el miedo inquieto que produce la inmensidad del océano. Poco a poco, pasito a pasito, deja que la espuma refresque sus pies. La sensación, después de todo, se agradece con el sofocante calor. Tú le animas, pero él sigue sin verlo claro. Después, en un acto de confianza ciega, te pide la mano: quiere vivir la aventura, pero necesita vivirla contigo. Avanzáis juntos unos pasos, el frío mojado le siembra dudas. Tú tiras de él suavemente, le hablas con cariño, escarbas en su curiosidad. Construyes con él un muro que se enfrente solidario al oscilante juego. De pronto descubre que le gusta, que está disfrutando, que es feliz con tan poco, que para él es tanto… Y casi sin enteraros, te ha soltado la mano. Entonces tu corazón se desborda, y tu sonrisa embobada delata que todo tu mundo cabe en el salto de una ola.

Ojalá tu vida sea siempre, no solo en verano o en Navidad, ver cómo tus hijos saltan las olas.

Feliz Navidad.


martes, 9 de diciembre de 2014

Todos eran importantes

Este cuentito lo he escrito como apoyo de la Pastoral de Adviento 2014 del Colegio Obispo Perelló, en la clase de 1º de Primaria D, basado en una idea original de @Chuminola_90. La temática que trabajábamos era la Tolerancia.

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Por aquellos días, el claro del bosque encantado estaba rebosante de actividad. Se celebraba el campeonato anual de Baloncesto Animal. Este año les tocaba participar a cinco especies de animales, venidos desde todos los continentes del mundo mundial:

  • De la sabana africana llegó el equipo de las Majestuosas Jirafas. Con sus larguiruchos cuellos llegaban muy alto, muy alto. Pensaban que ganarían fácilmente el campeonato, porque con sólo estirarse un poquitín, meterían todas las canastas.
  • Desde las llanuras asiáticas llegó el equipo de los Gigantes Elefantes. Eran tan tremendos que para intentar moverlos un centímetro había que ser muy fuerte, muy fuerte. Pensaban que ganarían fácilmente el campeonato, porque con su fortaleza nadie sería capaz de meterles una canasta.
  • De las selvas americanas llegó el equipo de los Guacamayos Voladores. Volaban de un lado para otro, con sus bonitos colores, y para no despistarse persiguiéndoles con la mirada uno tenía que estar muy concentrado, muy concentrado. Pensaban que ganarían fácilmente el campeonato, porque todos estarían tan despistados mirándoles que les sería muy fácil ganar los partidos sin que los rivales se dieran cuenta.
  • De las islas de Oceanía llegó el equipo de los Canguros Saltarines. Con sus potentes patas traseras se propulsaban para dar saltos muy largos, muy largos. Pensaban que ganarían fácilmente el campeonato, porque dando cuatro saltos llegarían de un extremo de la pista al otro y meterían todas las canastas.
  • De los bosques europeos llego el equipo de las Veloces Liebres. Pequeñas y ágiles, sin que te dieras cuenta corrían de aquí para allá muy rápido, muy rápido. Pensaban que ganarían fácilmente el campeonato, porque con su súper velocidad escaparían de todos sus adversarios y llegarían rápidamente a la canasta.