La
Red de Carreteras del Estado está formada por 25.375 km de carreteras, donde se incluyen 2.493 km de autopistas de peaje y 983 km gestionados mediante contratos de concesión en las denominadas
autovías de primera generación. Vemos por tanto que la red no concesionada está
compuesta por 21.899 km de
carreteras que teniendo en cuenta los kilómetros de autovía totalizan 29.178 km de calzada. Estos datos
corresponden al Inventario de la Red de Carreteras del Estado, a 31 de
diciembre de 2008 (fecha de la última actualización)[1].
La
rehabilitación estructural de los firmes de dichas carreteras debe aplicar la Norma 6.3-IC “Rehabilitación de firmes” aprobada
por Orden FOM/3459/2003, y así ha venido realizándose hasta mediados del años
2009. El procedimiento allí regulado requiere planificar la rehabilitación, y decidir
cuáles deben ser las actuaciones prioritarias para las que se debe redactar y
aprobar el correspondiente proyecto que finalmente se adjudica.
Ése
ha sido el sistema empleado hasta mediados del año 2009, en el que se ha
abandonado la rehabilitación de los firmes de la Red de Carreteras del Estado. Hasta
ese año se venían invirtiendo aproximadamente 300 millones de euros anuales,
cantidad que sin ser la óptima ha permitido que el estado de los firmes fuera
correcto.
Asignando
una vida útil media de quince años a las rehabilitaciones estructurales de
firmes, se requeriría rehabilitar (dada la longitud de calzadas de la Red de Carreteras
del Estado) aproximadamente 2.000 km de calzada anualmente. A un coste medio de
150.000 €/km se justifica la cifra de 300 millones de euros anteriormente
señalada.
En
la siguiente tabla se muestra el número de actuaciones de rehabilitación de
firmes en los distintos años (los datos están obtenidos del Boletín Oficial del
Estado).
Año
|
2006
|
2007
|
2008
|
2009
|
2010
|
2011
|
2012
|
Nº obras
|
74
|
63
|
47
|
34
|
0
|
2
|
0
|
Presupuesto de adjudicación
(millones de €)
|
307
|
349
|
330
|
253
|
0
|
29
|
0
|
Desde
mediados del año 2009 las únicas actuaciones (no contratadas con anterioridad)
llevadas a cabo sobre los firmes de las carreteras del Estado han sido parcheos
localizados en aquellas zonas en las que el nivel de deterioro existente ha originado
importantes afecciones a la circulación. Esas actuaciones son realizadas
mediante los denominados contratos de conservación integral o mediante
contratos adjudicados por procedimiento negociado sin publicidad, dada la
urgencia en realizar dichas actuaciones (el importe de estos últimos contratos
se limita en el Texto Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público a los
200.000 €).
Esos
parcheos no rehabilitan el firme, y se limitan a un mero lavado de cara de
cortos efectos paliativos sobre una carretera que en poco tiempo volverá al
estado previo a dichas actuaciones. Para que se entienda mejor, es como si pintáramos
las humedades de una vivienda en lugar de eliminar las causas que las provocan.
El
abandono de la inversión en la rehabilitación estructural de los firmes de las
carreteras de la Red de Carreteras del Estado no concesionada está llevando a
que muchos de éstos se deterioren hasta un punto en el que la única solución
posible es la reconstrucción de los mismos. Ello conlleva una importante pérdida
de nuestro patrimonio viario que, si es insostenible para cualquier país, lo es
mucho más para el nuestro dada la crítica situación económica en la que nos
encontramos.
Cualquier
gobernante responsable, al igual que haríamos cualquiera con nuestro dinero, no
gastaría un euro en ampliar su patrimonio mientras no tuviera garantizada la
adecuada conservación del existente (alguno podría pensar que eso sería
construir por encima de
sus posibilidades). Recordemos que la Ministra Ana Pastor, en su
intervención de febrero de 2012, nos recordaba aquello de que “un euro que no se invierte en mantenimiento
hoy, supone 5 euros en cinco años en reparaciones, y 25 euros en 10 años en
reconstrucciones”.
Sin
embargo tanto el anterior Gobierno como el actual perseveran en la construcción
de nuevas carreteras que difícilmente se justifican mientras siguen
disminuyendo año tras año el presupuesto dedicado a la conservación de nuestras
carreteras. Mucho nos tememos que esta manera de actuar desemboque, en un
espacio temporal cada vez menor, en la incapacidad de las arcas del Estado para
financiar dicha conservación. Y que en ese momento se produzca la entrada en
escena de las grandes empresas constructoras, abogando por un esquema de
participación público privada (que, desde el punto de vista de estas empresas,
sería a todas luces más eficiente que la gestión por parte de la
Administración). De producirse este escenario, no lo consideraríamos nada
casual, sino responsabilidad de los políticos que no han querido hacer caso a
los técnicos funcionarios encargados de la gestión de la Red de Carreteras del
Estado.
Por todo lo anterior, cabe proponer que
el Ministerio de Fomento reanude la rehabilitación estructural de sus firmes
abandonada hace tres años y que está llevando a nuestras carreteras a una
situación insostenible, de la que únicamente se podrá salir invirtiendo unas
cantidades muy superiores a las que hoy se requerirían.
[1] Los datos más actuales se pueden
consultar en:
http://www.fomento.gob.es/MFOM/LANG_CASTELLANO/DIRECCIONES_GENERALES/CARRETERAS/CATYEVO_RED_CARRETERAS/.
Es ésta una ocasión apropiada para recordar que la actualización del inventario
de la Red de Carreteras del Estado, estancado en 2008, es un imperativo legal, además de una
necesidad irrenunciable en cualquier sistema de gestión de redes de carreteras.
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