Hola, buenos días a todos.
Soy un padre de familia, que tiene dos hijos, el mayor de tres años y el pequeño de ocho meses. Estoy pasando mucha vergüenza por hacer lo que estoy haciendo, pero me veo en la necesidad de pedir.
No os pido para mí, que gracias a Dios tengo un buen trabajo y estoy bien colocado. Os pido por la Democracia, que está siendo gravemente violada.
El 2 de septiembre de 2011 será recordado como el día en el que los dos elefancíacos partidos políticos de este país se pusieron de acuerdo para aprobar, en contra del resto de partidos del congreso, la primera reforma de calado en nuestra Constitución, desde que se aprobó allá por 1978.
También están en contra de muchos ciudadanos que, responsablemente, estamos haciendo lo posible para que este atropello democrático llegue a todos vosotros.
Esta reforma dice literalmente lo siguiente:
“Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta. Estos créditos no podrán ser objeto de enmienda o modificación, mientras se ajusten a las condiciones de la Ley de emisión”.
Sin entrar en más explicaciones que otros harán de forma mucho más capacitada que yo, me parece importantísimo reseñar esto de prioridad absoluta, que no se ha dicho en los medios de comunicación: prioridad absoluta sobre pensiones, educación, sanidad… Prefiero no seguir, y que todos reflexionemos sobre ello.
Es muy probable que el 20 de noviembre, día de las elecciones, no encontremos la Tercera Urna que muchos pedimos para votar en Referéndum la conveniencia de esta reforma constitucional.
Pero os quiero recordar que tenemos otras Dos Urnas ese día a nuestra disposición. Dos urnas que podemos llenar de votos multicolores que conformen un parlamento verdaderamente representativo.
Os pido que perdamos el miedo a no votar lo de siempre. El miedo a que “es que si no mandan unos, mandan los otros, y es peor”. Os pido que antes de votar el 20 de noviembre, hagamos una verdadera reflexión sobre el sentido de nuestro voto.
No os quiero quitar más tiempo. Si queréis más información, sólo tenéis que abrir los ojos.
Muchas gracias.
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